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Reseña: Matar a un ruiseñor - Harper Lee
20:52Matar un ruiseñor está ambientada en el sur mítico, degradado y humillado tras la derrota contra los 'yankees' en la Guerra de Sec...
To kill a mockingbird · To kill a mockingbird #1 · Ediciones B · 410 páginas · 10,15
OPINIÓN PERSONAL
Matar a un ruiseñor
es un libro que compré el año pasado, y poco sabía de él hasta que he acabado
leyéndolo. Lo cierto es que no es un libro que creía tener que leer por ser un
“clásico” (no lo consideraba así, pensaba que era más reciente) sino porque me
gustaron las primeras páginas y decidí llevármelo a casa.
Da gusto ir a ciegas en historias como esta, ya te
gusten o no creo que va bastante aparte del hecho de leer una obra conocida y
leída por todo el mundo, de la que hay miles de entradas en internet, miles de
resúmenes pululando por la red. No sabía de qué iba, tenía una mera idea por la
sinopsis y la verdad es que poder decir que he leído una obra que está y ha
estado en boca de tanta gente estos últimos años es una maravilla (¡leer sin
spoilers mola!).
Alabama, 1933. Scout tiene ocho años al comenzar la
novela y aun no va a clase pero ya sabe leer y escribir, fruto de sus tardes
con Atticus, su padre, que ponía su empeño en enseñarle estos conocimientos
para que fuera al colegio partiendo de una base. Jem es su hermano, cuatro años
mayor, y sin duda su compañero de aventuras. Básicamente comienza con Scout,
nuestra narradora, contándonos su verano de antes de ir a clase por primera
vez, que lo pasa con Jem y con Dill, amigo de ambos y que va a pasar los
veranos.
Los tres pasan el verano riendo y jugando, y sobre todo
haciendo planes para intentar sacar a Boo Radley de la casa de al lado. Este es
el misterioso vecino que nunca sale de su casa y del cual los niños desconocen
su rostro. Tienen miedo de la casa vecina por los miles de rumores entre los
chiquillos de su edad acerca de cómo Boo Radley los matará si osan poner un pie
en su porche. El verano se acaba, Dill
desaparece de nuevo y con esto un nuevo curso escolar comienza, y también lo
hará para su padre, Atticus Finch, que es abogado y le tocará defender el que
probablemente sea el caso más difícil de su carrera.
Sabía que el libro en sí era un alegato en contra del
racismo pero no sabía bien por qué. El caso es que a Atticus le toca defender a
Tom Robinson, que es una persona de color que ha sido acusado de violación a
una joven blanca de diecinueve años. Poco se sabe del caso hasta que no estamos
bien adentrados en la novela por tanto no voy a comentar mucho de esto para
evitar cualquier posible spoiler.
El caso es que esperaba que todo la parte del juicio
tuviera más importancia en la obra y prácticamente cumpliera un papel
protagonista, cosa que no ha sido así. Hasta prácticamente la segunda parte de
la obra el juicio no es ni siquiera nombrado y la trama se centra más en los
hermanos Finch y su vida diaria. Sí es cierto que tenemos ciertos pensamientos
de la joven Scout que cuestionan el comportamiento de la mayoría de gente de
Maycomb, que sigue pensando con prejuicios hacia todo lo que envuelve a las
personas de color. Esto claramente es fruto de la manera de educar de Atticus
que es una de las pocas personas del pueblo que puede ver de una manera mucho
más igualitaria.
La guerra de Secesión pasa bastante tiempo antes del
comienzo de la novela (setenta años antes, aproximadamente) y con esta consigue
abolirse la esclavitud en los EEUU, que estaba mayormente protagonizada por
personas negras. A pesar de esto y después de todo ese tiempo, las personas del
sur de los Estados Unidos siguen mirando con prejuicios a toda la gente de
color, con sentimientos superiores a ellos y esto influye en todos los aspectos
de la vida cotidiana de estos: desde conseguir trabajo hasta el ser juzgado en
un juicio, por ejemplo. El juzgado que debe decidir si es inocente o si debe
morir en la silla eléctrica está formado por gente blanca del pueblo de Maycomb
que no tiende a respetar a las personas negras.
También tengo que decir que me ha gustado mucho que
Scout, siendo tan pequeña, también compartiese el pensamiento de su padre desde
un principio aunque sea en aspectos muy básicos. Me ha gustado que también
rompa un poco con los esquemas del momento en cuanto a la vestimenta de la
mujer, porque se niega a llevar algo que no sean pantalones aunque no esté
socialmente aceptado.
Habiendo dicho esto, creo que la escena que más me ha
gustado es la del juicio y todas las que van detrás y tienen relación con esto,
me ha gustado cómo Atticus defiende a Tom, que se nota desde lejos que es un
cachito de pan, y cómo él sabe cuál será el resultado desde el principio. Me
rompió el corazón el jurado, y Dill en el juicio, y sobre todo, cómo acaba
todo.
Creo que lo importante del libro es que cuando fue
escrito, que creo que ronda los años sesenta, el pensamiento de esta familia
(los Finch) no es uno muy común y por eso ha sido tan reconocido a lo largo de
los años. Ahora mismo un libro que hablara de lo mismo y tratara de la misma
manera a cualquier tipo de colectivo oprimido no creo que pudiera ser tan
reconocido como lo ha sido este libro, que rompía con la manera de pensar de la
mayoría de la gente de la época.
Pasando a los personajes, Scout me ha gustado mucho
aunque he visto una mentalidad un poco bestial para tener ocho años. Ya he
hablado antes de su pensamiento a la hora de tratar tanto con personas negras
como las reglas sociales del momento así que no repito esto; y paso a hablar de
lo inteligente y perspicaz de la
protagonista y de cómo sin duda le da un aire diferente a la novela el estar
narrada por ella. No es ingenuidad lo que la caracteriza, porque a su corta
edad está muy familiarizada con el mundo y las injusticias que hay más allá de
las paredes de su cuarto, pero ofrece una vista diferente al lector que aparte
de la crítica social y todo lo que lleva detrás acaba siendo también la
historia de una niña que quiere y desea ver con todas sus fuerzas a su
misterioso vecino. Un auténtico terremoto.
También tenemos a Jem, su hermano mayor, que comienza la
novela disfrutando tanto como ella de sus pequeñas excursiones, representaciones,
intentos de hacer salir a “Boo” Radley de casa y de sus veranos con Dill.
También poco a poco se va notando cómo madura, como crece y cambia, como todos.
Es un personaje que también me ha gustado, sobre todo la relación entre Scout y
Jem que es increíblemente buena a pesar de algún altibajo que representa
perfectamente cualquier relación de hermanos.
Un personaje que me ha encantado sin duda ha sido
Atticus, viudo desde que los niños eran pequeños y que cuida de ambos
hablándoles de las cosas realmente importantes, que no se resumen en la
etiqueta o el ser mejor que el de al lado. Es sin duda uno de los mejores de la
novela, que habla con sabiduría, con su moral siempre por delante y les enseña
a sus hijos lo mejor que puede.
Creo que también hay que recalcar a Calpurnia, que es la
sirvienta, por así decirlo, de la casa de los Finch desde que ambos eran críos
y que trata como a sus hijos. Los conoce como si fuera su madre y realmente es
muy buena persona. Parte de la importancia de todo el tema de la defensa de los
derechos de las personas de color parte de aquí, pues Calpurnia es negra y
Atticus la trata como una más de la familia y siempre lo ha hecho, en contra de
cualquier tipo de rumor que desprecie esto.
Debo de decir que podría haber disfrutado tantísimo más
de la novela si la hubiese leído en el momento adecuado. Las primeras páginas
son muy introductorias y hablan de la infancia de los niños, el primer verano y
aunque no cueste de leer se lee mucho más lento que cuando coges el ritmo, unas
páginas más adelante. Pues pensando que me costaría muchísimo de leer lo dejé
aparcado, dos semanas. Y dos semanas después, al retomarlo he leído las 300
páginas que me quedaban en dos días. Porque es un libro que se lee muy fácil, y
muy deprisa. El parón ese creo que no ha afectado a mi visión del libro pero sé
que hubiera podido disfrutarlo más del tirón (incluso a lo mejor le hubiera
dado más nota). Esta es una de las razones por las que creo que las reseñas son
tan, tan subjetivas; pero bueno, esto ya lo hablaremos en otra entrada que
ahora no toca.
Aparte de todo lo mencionado anteriormente, he de decir
que es increíble las menciones que hace tanto a la educación tan imparcial de
la época como a las diferentes maneras de ver la situación de los negros y los
blancos (la escena de la misa con Calpurnia es increíble), los toques de
empatía que caracterizan a la novela y sobre todo que la novela esté narrada
desde el punto de vista de una niña de ocho años que ha conseguido dar la
vuelta al mundo.
Debo de decir que el final de la obra me ha gustado menos
la parte del disfraz del jamón que me ha parecido bastante absurda (me reí
cuando la leí) y un poco caótica. A pesar de eso, me encanta cómo acaba y me
encanta haber podido leer este libro.
La autora a sus 88 años ha publicado la segunda parte de
esta novela pero que originalmente escribió antes de Matar a un ruiseñor y fue en la que se basó para escribir esta
historia. Se llama Go Set a Watchman y he oído cosas bastante malas así que no es
una de mis preferencias pero no dudo que algún día acabaré leyéndolo.
Resumiendo, Matar a un ruiseñor es una novela que habla de un tema tan polémico
y presente como era y es el racismo, en Alabama en 1930, podemos vivir de
primera mano gracias a nuestra joven protagonista y terremoto particular Scout,
cómo los prejuicios contra las personas de color estaban presentes en el día a
día. Con una manera de escribir que se lee en un suspiro, quitando las primeras
páginas, es una historia que habla de muchas cosas más de las que pensaba con
unos personajes simplemente maravillosos.
4/5