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Reseña: Te daría el mundo - Jandy Nelson
16:07Título : Te daría el mundo Título Original: I'll give you the sun Autor/a: Jandy Nelson Traducción: Victoria Simó Editorial: ...
Título: Te daría el mundo
Título Original: I'll give you the sun
Título Original: I'll give you the sun
Autor/a: Jandy Nelson
Traducción: Victoria Simó
Editorial: Alfaguara
Saga: -
Páginas: 412
ISBN: 978-84-204-1860-5
Precio: 19,95
Páginas: 412
ISBN: 978-84-204-1860-5
Precio: 19,95
Noah y Jude son inseparables, dos hermanos absolutamente diferentes que se enfrentan al mundo juntos, complementándose. Con trece años, el solitario Noah dibuja sin parar, es un genio del arte y se ha enamorado en secreto de su carismático vecino. Con trece años, la atrevida Jude se lanza desde altísimos acantilados para experimentar el subidón de adrenalina, lleva pintalabios muy llamativos y habla por los codos. Pero, tres años después, Jude y Noah casi no se hablan. Algo ha ocurrido entre ellos que ha roto a los mellizos de formas diferentes y dramáticas… Hasta que un día la vida de Jude cambia cuando conoce a un chico guapo, frágil y arrogante… y a alguien más, una nueva fuerza aún más impredecible, y ligada a su pasado de forma inevitable.
OPINIÓN PERSONAL
Te daría el mundo es una novela de Jandy Nelson, que si
bien su primera novela me decepcionó bastante porque me esperaba algo
diferente, este libro ha sido toda una sorpresa.
Noah y June son mellizos y están muy unidos desde que
nacieron. Ambos adoran el arte: Noah con los dibujos y Jude con las esculturas.
Comparten esto, igual que comparten el universo entero, y se compenetran a la
perfección. Se entienden sin necesidad de palabras o explicaciones, hasta que
un día todo cambia.
Jude y Noah no se hablan, es más, se repelen. Noah nos
narra la historia desde el pasado, el verano en el que tienen 13 años. Él es el
bicho raro y su hermana es la guay y la fiestera, que sale con chicos, lleva
maquillaje y vestidos demasiado cortos, cosa que no alegra a su madre. Noah
simplemente sube al tejado a dibujar, o espía algunas clases de dibujo al
natural de la EPA – o como sea, que ahora mismo no me acuerdo –, porque ansía
ir el año que viene a esa escuela. Incluso fantasea con su madre sobre qué
dibujos enviar, porque ella está loquita también por el arte, y seamos claros,
también de su hijo.
Pero su mundo se viene arriba cuando Noah conoce a su
vecino. Brian es encantador, agradable y no le importa ir por ahí con un bicho
raro como él lo es. Pero cuando se encuentra soñando con él a cada instante,
con el momento en el que sus manos se toquen o sus miradas se encuentren se da
cuenta que está perdido. Perdidamente enamorado de él.
“¿Sabéis lo que quiero? Quiero coger a mi hermano de la mano y echar a correr hacia atrás en el tiempo, dejando que el aire nos arranque los años como un abrigo que se suelta despreocupadamente.”
Jude nos cuenta cuando tienen dieciséis años, y todo es
distinto. Ella leva a su abuela (el fantasma de su abuela, mejor dicho) siempre
detrás, y a la Biblia que le dejó antes de morir que es algo distinta a las
normales, puesto que está llena de consejos para conseguir todo lo que quiere.
Ella sabe que no debería estar en la escuela de arte, porque sólo Jude
consiguió la plaza, y no Noah; además, todas sus piezas se rompen antes de
presentarlas. Ahora ella es la rarita, la que apenas sale, y Noah es el
popular, que incluso se ha apuntado al equipo de deportes del instituto. Ahí es
cuando acudirá a Guillermo García, uno de los escultores más famosos del país,
para que la ayude a hacer la escultura de su vida en piedra y poder sentirse en
paz, hacer lo correcto. Allí conoce a Oscar, un inglés muy atractivo y con una
chupa de cuero que la llevará a plantearse su
boicot anti-chicos y le hará sentir cosas olvidadas.
Pasado y presente se juntan, poco a poco, hasta que todas
las piezas encajan, encajan los porqués
y los cómos y ahí es cuando Jude y
Noah tendrán que ponerse a hablar de lo que hicieron en el pasado y encontrar
una manera de volver a ser los que eran.
"Las personas mueren pero nuestras relaciones con ellas no. Perviven y se transforman. "
Creo que una de las mejores cosas de esta novela son los
dos arcos temporales que se van contando paralelamente y que hacen que sólo
sepas una parte de la historia. Hasta que, en un momento, todo empieza a
encajar. En tu cabeza empiezan a hacer cliks
y todo tiene sentido. Jandy Nelson toca
temas como la homosexualidad, el miedo, la inseguridad, los celos, la traición,
la familia y cómo ésta puede romperse en muy poco tiempo.
Los personajes son una pasada. Ambos. Este libro no sería
lo mismo si no tuvieran tanta profundidad que te crees que está pasando eso. Es
más, la novela en mi opinión, si está
teniendo tan buenas críticas es porque se centra en la superación de las
barreras y el conseguir estar a gusto con uno mismo, y con los demás. Con Noah me he sentido muy agusto en todo
momento, me ha sorprendido con la facilidad y la pasión que ha llevado su
“historia de amor” con Brian. Estaba muy enganchada a esta historia porque me
parecía algo muy novedoso (sí, no hay muchas historias gays en la lij, qué
queréis que os diga) y que Nelson lo ha sabido llevar estupendamente. Jude en
un principio no me caía bien, pero a su segundo capítulo o así, me ha
encantado. Me ha hecho mucha gracia todo el rollo de la Biblia, y de las
veintemil cosas estúpidas pero graciosas que hacía para evitar tener mala
suerte/conseguir ciertas cosas.
En seguida, cuando conoce a Oscar, me he empezado a reír
muchísimo con algunas de sus conversaciones. Además, es que la mayoría de cosas
nuevas que se descubren están en el presente, por lo tanto, en su punto de
vista, lo que le ha aportado revelaciones sorprendentes.
“Veréis: estoy segura de que se me ha ido la olla. Voy perdiendo tuercas y tornillos por todas partes. Lo que me preocupa de mi padre y de Noah es que, por lo visto, creen estar bien.”
Conocemos también a otros personajes, ya nombrados
anteriormente, pero voy a hablar algo sobre ellos. Oscar es muy bonico. Pero es
un personaje con un trasfondo oscuro del que se arrepiente, pero que le ha
dejado cicatrices que le acompañarán el resto de su vida. Brian es un niño que
me ha caído muy bien, también está muy confuso sobre su sexualidad y tiene
mucho miedo a revelarla por si afecta a su carrera o estudios futuros. Guillermo
García es el famoso escultor que desde hace unos años vive en la miseria y se
camufla en la bebida en ocasiones. Después de la pérdida tan grande que sufrió,
no levanta del todo cabeza, pero sí ayuda y apoya a Jude con su escultura.
El libro lo leí bastante rápido, aunque en un principio
me costó situarme en la historia de ambos y tenía preferencias por la de Noah
que por la de Jude, luego ambas se ponen igual de interesantes y el ritmo de la
novela es frenético.
Lo último que comento es que el título en inglés es I’ll give you the sun, que es Te daría el Sol, cosa que tiene mucho
sentido si recordamos la peculiaridad de los mellizos de repartirse el
universo. Que sí, que sí, que este título siguiendo lo de arriba también tiene
sentido (pero si te comes el coco pensándolo, tampoco mucho, porque ellos
siempre juegan con las mareas, las flores, el sol etc), pero simplemente no
entiendo por qué lo tuvieron que cambiar.
Sí, lo reconozco, El cielo está en cualquier lugar
(reseña) me decepcionó, pero con este libro abro los ojos a una autora a la que
ya tengo en el punto de vista y si saca algo más, lo tendré bien cerca.
Resumiendo, Te daría el mundo es una novela
asombrosa que nos narra la historia de por qué los dos mellizos que antes
estaban tan unidos se separaron, en dos arcos argumentales diferentes y en
tiempos distintos. Con unos personajes perfectamente construídos y una trama
que te engancha, te absorbe y sobre todo te sorprende, os recomiendo muchísimo
esta historia porque de verdad que yo la he disfrutado mucho.
¿Os llama la atención? ¿Lo conocíais?